miércoles, 15 de julio de 2009

El periodismo científico visto desde la ciencia

The Pew Research Center for the People & the Press publicó hace unos días un informe de revelador título: "El público elogia a la ciencia; los científicos culpan al público, a los medios" (el estudio está disponible aquí: http://people-press.org/report/528/). La asimetría explícita en el titular no tiene explicación: ¿cómo puede la ciencia tener una buena imagen ante la gente si los científicos dicen que su actividad es mal reflejada por los medios?

Muy probablemente en México la situación esté igual o peor que en Estados Unidos, pero primero veamos cómo está la relación científicos-medios más allá del Bravo.

Para dos de cada 100 científicos, la cobertura de ciencia en los periódicos es excelente; para 34 por ciento es buena, para 48 por ciento es regular y para 15 por ciento es francamente pobre. Pero si los comunicadores que escriben pueden sentirse vapuleados por estos datos, les va peor a los colegas de televisión: sólo uno de cada 100 científicos ve su cobertura como excelente, 14 por ciento la ve buena, 48 por ciento la estima regular y 35 por ciento la considera pobre.

¿Cuál es el principal problema, según los científicos? La respuesta: los medios no distinguen entre una investigación bien fundada y una que no lo es. Para 76 por ciento de los encuestados, este es un problema mayúsculo. Sólo 48 por ciento ven como problema importante que la ciencia se simplifique de más en la cobertura.

Lo cierto es que en general a los científicos les vale un poco gorro la prensa. Ocho por ciento ven como muy importante la cobertura noticiosa para sus carreras; 29 por ciento la ven como algo importante, 48 por ciento como no demasiado importante, y 14 por ciento como nada importante.

En consonancia con lo anterior, se entiende que sólo tres por ciento diga que a menudo habla con reporteros (45 por ciento dice que nunca habla con reporteros).

A partir de estos datos, no alcanzo a entender bien cómo es que los científicos se quejan de la mala cobertura de unos medios con los que casi nunca hablan. Es evidente que aquí hay un complejo problema de comunicación que empieza en la torre de marfil y en las estructuras de poder de la ciencia. Como históricamente los científicos no han dependido mucho de la opinión pública para obtener fondos para investigar, comunicar lo que hacen ha sido irrelevante.

Creo que las cosas ya no son así. Creo que ahora todos los oficios y todas las profesiones estamos metidos en una carrera en la que estamos a la vez operando y vendiendo el valor de nuestra operación. En este contexto, los científicos tendrán que aprender a hablar más con la prensa, y a asumir una corresponsabilidad en el éxito del proceso de comunicación. Vale.
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