viernes, 17 de julio de 2009

La ciencia es lo más importante: Tim Radford

Un nombre de mucho peso en el periodismo de ciencia es el de Tim Radford, que tiene un par de décadas como escritor de estas cuestiones en The Guardian. Laura Corcuera, del Servicio de Información y Noticias Científicas (que, dicho sea de paso, es un recurso que vale la pena tener en los bookmarks), le hizo una excelente entrevista en la reciente conferencia de Londres.

Siempre es interesante saber cómo piensa un periodista de ciencia. Radford, en esta entrevista, dice que la ciencia es más importante que cualquier otra cosa, incluyendo los deportes. Además de contar algunas anécdotas verdaderamente buenas, sentencia que "al no hablar de ciencia estamos cometiendo un crimen". De ese tamaño ve su importancia.

¿Retos del periodismo de ciencia? Pese a su experiencia, dice que hay que luchar contra esa sensación de desesperación que te invade cuando ves la lista de papers de la semana en Nature y te das cuenta de que no entiendes ni papa. ¿El consuelo? ¡Que ni el editor de la revista les entiende!

En pocas palabras, es una entrevista que hay que leer. ¡Adelante! Vale.
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Periodismo enlatado: un riesgo parcial

Los editores de Columbia Journalism Review publicaron hace días un texto titulado "Periodismo científico enlatado", con el subtítulo "¿Son las historias de ciencia preempaquetadas mejores que nada?", y usan como base nada menos que a The Washington Post, que en su sección de Salud publicó una historia extractada de una revista del Hospital General de Massachusetts. La historia no le costó al diario, y en una columna posterior, uno de los reporteros de planta preguntó qué cuernos pasaba. La editora comentó a su vez que los recortes hicieron que su sección pasara de cuatro a cero reporteros, así que debía usar más freelancers.

Los comentaristas dicen que también U.S. News & World Report y LiveScience.com han empezado a usar historias producidas por la National Science Foundation, y plantean los siguientes asuntos:
  • ¿Hay aquí algún conflicto de interés?
  • Algunos dicen que notas prefabricadas como esta son mejor que nada.
  • Para otros, la práctica está borrando los límites entre periodismo y relaciones públicas.
Van algunas opiniones:
  • ¿Conflicto de interés? Puede ser conflicto, pero no necesariamente de interés. El diario se puede meter en problemas con el sindicato de periodistas por competencia desleal o algo así, o puede comprometer un poco su reputación al distribuirla entre gente de afuera, pero sin duda los que pueden tener más problemas son en todo caso los reporteros.
  • Yo sí creo que notas prefabricadas, como les dicen, son mejores que nada. Ya sabemos que el vacío periodístico tiende a ser llenado por lo que compita mejor, y la competencia no es algo que se dirima necesariamente sobre la base de méritos.
  • No creo que sea esta práctica la que esté haciendo nebulosos los límites. Creo que es el entorno dinámico y acelerado propiciado por internet el que está sacudiendo todos los árboles del bosque mediático.
Ya a nivel más general, creo que el dilema planteado propone nuevamente la pregunta de fondo: ¿con qué se sirve mejor al interés del público? En mi opinión, y pensando en la realidad mexicana, el público le da importancia a lo que ve más.

Si la ciencia tiene más presencia, habrá la noción implícita de que es más importante. No estamos todavía en situación de tener una gran masa crítica de público capaz de discriminar entre el buen periodismo investigativo de ciencia o de lo que sea y el periodismo enlatado.

Mientras haya mensajes informativos y formativos que recuerden al público el valor de la ciencia, creo que el recurso es válido. Términos como churnalism o periodismo de gabinete usados para mirar con patricio desdén a quienes hacen periodismo de escritorio son un recurso barato usado desde la atalaya de un periodismo más combativo que sigue siendo necesario pero que no puede ni debe ser la única opción.

Si yo sólo pudiera publicar aquellas notas que investigo personalmente, recurriendo a varias fuentes, buscando el equilibrio y satisfaciendo plenamente los criterios del periodismo abstracto, francamente no podría mantener una sección diaria. Y por supuesto quienes leen la sección no tendrían acceso a un panorama apropiado de lo que está ocurriendo en el frente de la investigación.

¿Y tú que piensas? ¿Cuál posición te parece más defendible? ¿Por qué? Si estás en desacuerdo, dime por qué. Una de las cosas de las que más seguro estoy es de que de la discusión sale la luz. O por lo menos uno se va aclarando la propia opinión. Vale.
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jueves, 16 de julio de 2009

Diferencias

Fiona Fox, directora del Science Media Centre en el Reino Unido y responsable de armar el contenido de la reciente Sexta Conferencia Mundial de Periodismo Científico, quiere dejar bien clara la diferencia entre comunicación de ciencia y periodismo de ciencia.

En un mensaje tan rotundo como su personalidad hiperactiva, Fiona describe los dos puntos de vista. El primero, externado por Jeff Nesbitt, de la Fundación Nacional de Ciencias, es que un periodista de ciencia sigue siéndolo aunque trabaje para una agencia del gobierno; de hecho, dijo Nesbitt, no son éstos tiempos para andarse con minucias y las líneas divisorias se están borrando.

Fiona dice que durante la conferencia otros le dijeron algo parecido. Quesque los funcionarios de prensa ya no lo son tanto porque también ayudan a crear contenido; quesque los reporteros de ciencia que han perdido su empleo y se dedican a bloguear siguen siendo periodistas de ciencia. "Pero que las líneas se estén borrando no significa que esas líneas ya no existan", sostiene Fiona, para quien la esencia del periodismo de ciencia es otra: "es un proceso con un juego común de estándares que incluye selección, investigación, contar la verdad, independencia, edición, precisión, equilibrio, escrutinio, objetividad y más", escribe.

¿Son periodistas ciudadanos quienes, por azar, han estado frente a sucesos históricos y los han captado para el mundo? ¡Pamplinas! Son, dice Fiona, "miembros del público atrapados en una historia noticiosa como siempre lo han sido los miembros del público". Que sus videos y fotos hayan cambiado el periodismo no los convierte a ellos en periodistas.

Lo mismo pasa, agrega, con los ex periodistas de ciencia a los que contrató Nesbitt una vez que los despidieron de CNN: "pueden ser escritores de ciencia, comunicadores de ciencia o funcionarios de relaciones públicas de ciencia, pero no son periodistas", dije Fiona tajante (aunque se apresura a dejar en claro que no está diciendo, para nada, que el periodismo de ciencia sea superior a la comunicación de ciencia: ambos son necesarios y tienen su nicho).

Tampoco niega la posibilidad de que a fin de cuentas el periodismo de ciencia desaparezca o sea absorbido por la comunicación de ciencia o por las simples relaciones públicas (algo a lo que llama, con humor directo, el lado oscuro). Todo eso es posible, pero ella defiende defender al periodismo de ciencia au naturel.

¿Qué piensas tú, amiga lectora, amigo lector? Es precisa y defendible la postura de Fiona Fox? ¿O es un lujo que se pueden dar los periodistas anglosajones? ¿Es válida su postura para el periodismo de ciencia que practicamos en América Latina o en México? Es un tema que vale la pena discutir. Vale.

Fuente: There's life in the old dog yet: in defence of journalism.
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miércoles, 15 de julio de 2009

El periodismo científico visto desde la ciencia

The Pew Research Center for the People & the Press publicó hace unos días un informe de revelador título: "El público elogia a la ciencia; los científicos culpan al público, a los medios" (el estudio está disponible aquí: http://people-press.org/report/528/). La asimetría explícita en el titular no tiene explicación: ¿cómo puede la ciencia tener una buena imagen ante la gente si los científicos dicen que su actividad es mal reflejada por los medios?

Muy probablemente en México la situación esté igual o peor que en Estados Unidos, pero primero veamos cómo está la relación científicos-medios más allá del Bravo.

Para dos de cada 100 científicos, la cobertura de ciencia en los periódicos es excelente; para 34 por ciento es buena, para 48 por ciento es regular y para 15 por ciento es francamente pobre. Pero si los comunicadores que escriben pueden sentirse vapuleados por estos datos, les va peor a los colegas de televisión: sólo uno de cada 100 científicos ve su cobertura como excelente, 14 por ciento la ve buena, 48 por ciento la estima regular y 35 por ciento la considera pobre.

¿Cuál es el principal problema, según los científicos? La respuesta: los medios no distinguen entre una investigación bien fundada y una que no lo es. Para 76 por ciento de los encuestados, este es un problema mayúsculo. Sólo 48 por ciento ven como problema importante que la ciencia se simplifique de más en la cobertura.

Lo cierto es que en general a los científicos les vale un poco gorro la prensa. Ocho por ciento ven como muy importante la cobertura noticiosa para sus carreras; 29 por ciento la ven como algo importante, 48 por ciento como no demasiado importante, y 14 por ciento como nada importante.

En consonancia con lo anterior, se entiende que sólo tres por ciento diga que a menudo habla con reporteros (45 por ciento dice que nunca habla con reporteros).

A partir de estos datos, no alcanzo a entender bien cómo es que los científicos se quejan de la mala cobertura de unos medios con los que casi nunca hablan. Es evidente que aquí hay un complejo problema de comunicación que empieza en la torre de marfil y en las estructuras de poder de la ciencia. Como históricamente los científicos no han dependido mucho de la opinión pública para obtener fondos para investigar, comunicar lo que hacen ha sido irrelevante.

Creo que las cosas ya no son así. Creo que ahora todos los oficios y todas las profesiones estamos metidos en una carrera en la que estamos a la vez operando y vendiendo el valor de nuestra operación. En este contexto, los científicos tendrán que aprender a hablar más con la prensa, y a asumir una corresponsabilidad en el éxito del proceso de comunicación. Vale.
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¿Por qué periodismo de ciencia?

La pregunta es pertinente si se considera que el término más comúnmente usado para aludir al oficio que practica el firmante es periodismo científico. Pero la verdad, después de cavilar sesudamente por espacio de cuarenta mil microsegundos, opté por usar la expresión que le he escuchado ya en varias ocasiones a Javier Crúz.

Me gusta el término periodismo de ciencia, aunque no tanto la abreviatura (PdC), porque el voquible ya antedicho, periodismo científico, atribuye al oficio el adjetivo de lo que debe ser su campo de trabajo, y transmite la idea de que se trata de un periodismo tan formal como la ciencia. ¿Conque haces periodismo científico? ¿Quién te hace el peer review?, podría preguntar algún científico picudo.

Y la verdad es que el oficio que practico, como lo evidencian notas que vemos todos los días, no llega a tanto como ameritar el adjetivo científico. Para no ir más lejos, Jessica Palmer (http://bit.ly/iqkS5) le asesta hoy mismo un bofetón a The Washington Times por una pieza de periodismo superficial que busca pegarle al nuevo consejero científico de Barack Obama.

Así pues, aquí encontrarás ideas, sugerencias, técnicas, enlaces, documentos y demás artilugios dedicados a la noble misión (aquí mi pecho se hinche de orgullo, claro) de impulsar hacia la calidad total al ya citado oficio del periodismo de ciencia.

Este periodismo no es científico, insisto, pero si ustedes quieren, podemos emular a Prometeo y robarles a los practicantes de la ciencia al menos la estimable práctica de discutir, debatir, argumentar y echar rollo sobre la cuestión. Vale.
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